Estados Unidos. Las órdenes ejecutivas del presidente Trump podrían transformar el mercado secundario de camiones con nuevos aranceles, cambios regulatorios y revisiones al acuerdo comercial USMCA, generando incertidumbre en costos y suministro.
Las recientes órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump están generando incertidumbre en el mercado secundario de camiones, con posibles nuevos aranceles, congelaciones regulatorias y cambios estratégicos en el comercio con México y Canadá. Ana Meuwissen, vicepresidenta senior de asuntos gubernamentales en MEMA, advirtió sobre las implicaciones para la industria durante su presentación en el evento Heavy Duty Aftermarket Dialogue.
El espectro de un arancel del 25 % sobre importaciones de México y Canadá amenaza con desestabilizar los costos de las piezas de recambio. “Aunque el poder para imponer aranceles recae en el Congreso, este ha transferido gran parte de esa autoridad al presidente”, explicó Meuwissen. Las Secciones 301 y 232 ya elevaron costos de materias primas, y una nueva ronda de tarifas podría disparar aún más los precios, impactando directamente a distribuidores y flotas de camiones.
Por ahora, la administración parece estar priorizando investigaciones sobre déficits comerciales antes de implementar nuevas tarifas, pero las tensiones persisten. Según Meuwissen, un memorando ejecutivo reciente ordena a agencias federales abordar prácticas desleales de comercio, lo que podría significar un endurecimiento de medidas en el futuro cercano.
Regulaciones en la cuerda floja: posibles revisiones al marco ambiental
Trump también busca congelar regulaciones en curso, como las normas de emisiones de NOx y gases de efecto invernadero (GEI) para camiones pesados. Estas reglas, establecidas para 2027, podrían ser retrasadas o modificadas, impactando a flotas y proveedores que ya habían comenzado a prepararse para cumplir con los estándares.
California podría enfrentar un golpe mayor. La administración ha señalado su intención de retirar exenciones clave otorgadas al estado para sus reglas de flotas limpias, desafiando la autoridad de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB). “Modificar estas regulaciones no será rápido ni sencillo”, comentó Meuwissen, quien anticipa litigios prolongados similares a los enfrentados durante el primer mandato de Trump.
En el ámbito fiscal, la administración estudia extender y reducir la tasa corporativa bajo la Ley de Recortes de Impuestos de 2017, lo que podría beneficiar a las empresas del sector. Sin embargo, la eliminación de incentivos para electrificación y combustibles alternativos, financiada mediante la derogación de programas clave de la Ley de Reducción de la Inflación, preocupa a los proveedores.
“MEMA está monitoreando de cerca cómo estas reformas podrían afectar a quienes ya han invertido en sostenibilidad y cumplimiento regulatorio”, señaló Meuwissen.
El acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA) será revisado en 2026, y la administración actual parece inclinada a renegociar requisitos más estrictos de contenido regional. Esto podría complicar la logística para los proveedores que operan en cadenas transfronterizas y aumentar los costos de producción.
Mientras las políticas evolucionan, la industria enfrenta un panorama de desafíos y oportunidades. La reversión de regulaciones podría ofrecer alivio temporal en costos de cumplimiento, pero también ralentizar la transición hacia tecnologías más limpias. Por otro lado, las tensiones comerciales y fiscales podrían elevar los costos de operación y presionar la disponibilidad de piezas en el mercado.
MEMA, según Meuwissen, ya está trabajando con legisladores para garantizar que las necesidades del sector sean escuchadas, pero flotas y proveedores deben prepararse para navegar este entorno cambiante con estrategias adaptativas.