Estados Unidos. Seis de las principales asociaciones del sector automotriz estadounidense enviaron una carta conjunta a altos funcionarios del gobierno de Donald Trump solicitando la suspensión inmediata de los nuevos aranceles del 25 % sobre más de 100 categorías de autopartes, que entrarían en vigor el próximo 3 de mayo.
“Los aranceles sobre autopartes alterarán la cadena de suministro automotriz global y desencadenarán un efecto dominó que llevará a precios más altos de los automóviles para los consumidores, menores ventas en los concesionarios y hará que el mantenimiento y reparación de vehículos sea tanto más costoso como menos predecible”, advierte la carta, dirigida al secretario del Tesoro, Scott Bessent; al secretario de Comercio, Howard Lutnick; y al representante comercial, Jamieson Greer.
Las asociaciones firmantes representan a fabricantes, concesionarios y proveedores de piezas: Alliance for Automotive Innovation, American Automotive Policy Council, Autos Drive America, Motor & Equipment Manufacturers Association, National Automobile Dealers Association y American International Automobile Dealers Association. En un gesto poco común, decidieron presentar un frente unido para oponerse a los aranceles, que afectarían componentes clave como motores, volantes, bisagras y más.
“La mayoría de los proveedores de autopartes no tienen el capital para afrontar una disrupción abrupta causada por aranceles. Muchos ya están en dificultades y enfrentarán paros en la producción, despidos y bancarrotas”, continúa la carta. “Solo se necesita la quiebra de un proveedor para que se detenga la línea de producción de un fabricante de automóviles. Cuando esto sucede, como ocurrió durante la pandemia, todos los proveedores se ven afectados y los trabajadores pierden sus empleos”.
El presidente Trump ha defendido los aranceles como parte de su política de reindustrialización. En su discurso del 2 de abril, durante la jornada llamada “Día de la Liberación”, declaró: “Los tramposos extranjeros han saqueado nuestras fábricas y los carroñeros extranjeros han destruido nuestro otrora hermoso sueño americano”.
Sin embargo, desde la industria aseguran que estas medidas tendrán efectos contraproducentes. John Bozzella, presidente y CEO de la Alliance for Automotive Innovation, reiteró el 28 de marzo que “Aranceles adicionales aumentarán los costos para los consumidores estadounidenses, reducirán el número total de vehículos vendidos en EE.UU. y disminuirán las exportaciones automotrices de EE.UU., todo esto antes de que se cree cualquier nuevo empleo o capacidad manufacturera en el país”.
Bozzella también destacó en un comunicado previo que “La fabricación de automóviles es el mayor sector manufacturero de Estados Unidos. Los fabricantes de automóviles, de baterías y proveedores de piezas han invertido miles de millones en la manufactura estadounidense y apoyan directamente a comunidades y trabajadores en Michigan, Tennessee, Carolina del Sur, Alabama, Mississippi, Kentucky, Ohio, Virginia Occidental, Texas, Indiana, Illinois, Misuri, Georgia, Nueva York y más”.
“Las instalaciones automotrices y las cadenas de suministro globales crean empleos estadounidenses, brindan opciones de vehículos a los estadounidenses y, lo más importante, ayudan a mantener la asequibilidad de los autos en Estados Unidos. Estamos comprometidos a construir e invertir en EE.UU., pero estas instalaciones y cadenas de suministro son enormes y complejas, y no pueden ser reubicadas ni redireccionadas de la noche a la mañana”, añadió.
La dimensión económica del sector automotor es significativa: genera 1.2 billones de dólares anuales para la economía de EE.UU., equivale al 4.8 % del PIB y sostiene 10.1 millones de empleos en todos los estados. En 2022, la industria contribuyó con más de 730 mil millones de dólares en salarios y generó más de 340 mil millones en impuestos a nivel federal, estatal y local. Solo por ventas de vehículos nuevos en 2023, los estados recaudaron más de 35 mil millones de dólares.
Además, automotrices y fabricantes de baterías han comprometido más de 125 mil millones de dólares en proyectos de vehículos eléctricos (EV), que generarán 113,000 empleos en 18 estados.
Pese a la amenaza de los aranceles, Trump dejó entrever la semana pasada que podría dar marcha atrás. Dijo a periodistas que estaba “considerando algo para ayudar a algunas compañías automotrices”, y añadió: “Están cambiando a piezas que se fabricaron en Canadá, México y otros lugares, y necesitan un poco de tiempo, porque las van a fabricar aquí”.
Por ahora, las piezas que cumplan con las reglas del tratado T-MEC estarán exentas, aunque el proceso para definir el contenido nacional aún no ha sido aclarado.
Desde el sector, la incertidumbre ya comienza a frenar decisiones de inversión. Carla Bailo, CEO de ECOS Consulting y exdirectora del Center for Automotive Research, afirmó: “Solo necesitamos claridad. Al unirse como muestra de fuerza, creen que eso hará que suceda más rápido.”
También destacó el impacto de esta acción conjunta: “Esto es algo inusual... Hay fuerza en los números”.
Bailo subrayó que la industria no puede adaptarse de manera inmediata: “Está muy interconectada... Se necesitan años para lograr lo que queremos lograr”.